Todos los 17 de agosto se conmemora el aniversario del fallecimiento del Gral. José de San Martín, el libertador de Argentina, Chile y Perú, y uno de los héroes más importantes de la historia latinoamericana. San Martín fue un militar y político que dedicó su vida a la causa de la independencia y la unidad de los pueblos sudamericanos. Su legado es una fuente de inspiración para las generaciones presentes y futuras.
San Martín nació en Yapeyú, Corrientes, el 25 de febrero de 1778. A los siete años se trasladó a España, donde inició su carrera militar. Participó en las guerras napoleónicas y alcanzó el grado de teniente coronel. En 1812, decidió regresar a su tierra natal para sumarse a la lucha por la emancipación de las colonias españolas.
En Buenos Aires, se hizo cargo del Regimiento de Granaderos a Caballo, con el que obtuvo importantes victorias entre ellas, San Lorenzo. Concibió el plan de liberar Chile y Perú por la vía del Pacífico, y para ello organizó el Ejército de los Andes. Cruzó la cordillera con sus tropas y derrotó a los realistas en las batallas de Chacabuco y Maipú, asegurando la independencia chilena.
Posteriormente, navegó hacia el Perú y desembarcó en Pisco. Tras una serie de acciones militares y diplomáticas, proclamó la independencia peruana el 28 de julio de 1821. Sin embargo, su proyecto continental se vio frustrado por las divergencias políticas con otros líderes independentistas, como Simón Bolívar. En 1822, se entrevistó con Bolívar en Guayaquil y le cedió el mando de la campaña libertadora.
San Martín se retiró de la vida pública y se exilió en Europa. Murió en Boulogne-sur-Mer, Francia, el 17 de agosto de 1850, a los 72 años. Sus restos fueron repatriados en 1880 y descansan en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires.
San Martín es recordado como un hombre íntegro, valiente y generoso, que renunció a sus ambiciones personales por el bien común. Su figura trasciende las fronteras nacionales y es reconocida como un símbolo de la libertad y la fraternidad americana.