El 11 de septiembre se celebra en la Argentina el día del maestro, en conmemoración del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento, uno de los principales educadores del país. Sarmiento fue presidente de la Nación entre 1868 y 1874, y durante su gestión impulsó la creación de escuelas públicas, la formación de docentes y la difusión de la cultura. Su legado se reconoce como fundamental para el desarrollo de la educación argentina.
El día del maestro es una oportunidad para homenajear a todos los que ejercen esta noble profesión, que implica una gran responsabilidad y compromiso con la sociedad. Los maestros son los encargados de transmitir conocimientos, valores y habilidades a las nuevas generaciones, y de contribuir a su formación como ciudadanos. Los maestros también son agentes de cambio e innovación, que se adaptan a los desafíos y demandas de la realidad educativa.
En este día, queremos expresar nuestro agradecimiento y reconocimiento a todos los maestros que trabajan con dedicación y vocación. Los maestros son esenciales para el presente y el futuro de nuestro país, y merecen todo nuestro respeto y apoyo.
Domingo Faustino Sarmiento (San Juan, Argentina, 15 de febrero de 1811 – Asunción, Paraguay, 11 de septiembre de 1888) fue un político, escritor, docente, periodista, militar y estadista argentino; gobernador de la provincia de San Juan entre 1862 y 1864, presidente de la Nación Argentina entre 1868 y 1874, senador nacional por su provincia entre 1874 y 1879 y ministro del Interior en 18791.
Sarmiento es considerado uno de los más grandes estadistas de la historia argentina. Su obra literaria es muy extensa y variada. Entre sus obras más destacadas se encuentran “Facundo”, “Recuerdos de Provincia”, “Viajes por Europa, África y América” y "Educación Popular".
Durante su presidencia, Sarmiento construyó más de 800 escuelas y la cantidad de alumnos pasó de 30 mil a 100 mil, en un país de 2 millones de habitantes. Lo principal del legado de Sarmiento fue el generar una educación normalizada y común para todas y todos. Antes de las iniciativas de Sarmiento, la educación era para las élites, con mucha presencia de la iglesia y generalmente con la ausencia de la mujer.